QUINTA EL OLVIDO
Fue construida en 1904 a un costo de un millón de dólares de aquella época, cantidad que actualmente sería mucho mayor. Su constructor y primer propietario fue el ingeniero Rafael Rodolfo Quintero, cuyo busto se encuentra en el camellón de la vialidad ubicada a la entrada de la Quinta el Olvido. En aquel entonces dicho personaje era Ingeniero en Jefe del Ayuntamiento de Mérida y había sido el encargado del trazo del Paseo de Montejo y del pavimentado de la ciudad de Mérida con adoquines franceses, entre otras magnas obras. Fue así mismo un innovador empresario de la construcción introductor de los pisos de pasta que con una enorme cantidad de coloridos diseños encontramos aún en las casas de dicha época en la ciudad de Mérida.
Historia: Residencia palaciega edificada al comienzo del siglo XX por el exitoso empresario de la construcción, ingeniero Rafael Rodolfo Quintero. En dicho momento histórico Mérida era la ciudad más rica del país gracias a la gran demanda internacional de la fibra del henequén, con la cual se elaboraban las cuerdas de mejor calidad y mayor resistencia a nivel mundial. Dicho momento histórico (finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX) fue conocido en el mundo como “La Bella Época” y fue un tiempo de paz mundial que permitió una gran bonanza industrial y comercio a nivel internacional.
Rafael Rodolfo Quintero había estudiado ingeniería en Europa y demostró poseer una gran energía para hacer de su profesión una gran empresa de la construcción: trajo arquitectos de Europa, maquinaria de los Estados Unidos, y material de todo el mundo para ejecutar obras como el teatro Peón Contreras y el Palacio Cantón. Él mismo había trazado el ambicioso proyecto del Paseo de Montejo y adoquinado las calles de la ciudad de Mérida. Así mismo, se encargó de fabricar los famosos mosaicos de pasta o ladrillos hidráulicos que cubrieron prácticamente todos los pisos de las casas de la Mérida de aquel entonces, tal era la variedad y colorido de sus diseños. Su residencia palaciega es una expresión de la transición de la arquitectura Neoclásica a la arquitectura Art Nouveau, ambos estilos en boga en dicha época.
El Neoclásico consistió en rescatar diseños clásicos de la antigua Grecia y Roma, y ello es posible apreciarlo sobre todo en el exterior de la residencia. El Art Nouveau consistió esencialmente en una decoración a base de elementos orgánicos como los vegetales, en donde predominan las curvas, y ello es posible apreciarlo sobre todo en el interior de la mansión.
Esta construcción costó más de un millón de dólares de aquel entonces. Toda esta época, este personaje, y esta residencia son retratados por el edificio que les acompaña a solo unos pasos de distancia y que fue construido por el mismo personaje: la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen, de depurado estilo gótico francés. Resulta que la estructura social que había permitido el surgimiento de la ciudad de Mérida tuvo como símbolo de sus enérgicos comienzos esa magna obra que fue la Catedral de Mérida, construcción en la que todos participaron y en la cual depositaron sus principales esfuerzos y recursos. La Catedral era el palacio a su Dios. Y este siclo concluye cuando los descendientes de los fundadores de Mérida se construyen palacios a sí mismo y edificios menores a su Dios, como la iglesia gótica que le acompañaba. El epílogo de esta historia consistió en la profanación por parte de una nueva élite, los revolucionarios, de su Catedral. Pero antes, muy poco antes de ello, la riqueza simbólica que la Catedral contenía fue repartida para su protección entre la vieja élite que concluía, ese fue el caso de su famoso Cristo de las Ampollas.
ELEMENTOS A COMENTAR:
REJA. De hierro forjado y manufactura francesa y noventa metros de largo. FUENTE CENTRAL. Este tipo de fuentes solían fundirse en Nueva York en dicha época y eran de hierro colado.
LAMPARAS. Españolas, de diseño colonial, ubicadas en el corredor de entrada.
SALA DE ESPERA. Totalmente Art Nouveau con profusa decoración de estuco. Esta sala está iluminada con un candil tipo Baccarat de cristal cortado, jarrones del Lejano Oriente y Europa Oriental así como muebles Luis XV de petatillo.
GALERÍA.
SOTANO. Fue utilizado para resguardar El Cristo de las Ampollas. Originalmente se utilizaba para guardar agua de lluvia (para consumo doméstico) dentro de un aljibe.
COMEDOR. Con muebles ingleses y manteles de lino irlandés, la vajilla está conformada de cubiertos de plata y porcelana francesa de Limoges, cristalería de Baccarat, todo con una antigüedad de un siglo.
COCINA. Contiene aún la hornilla y la campana originales. En su bodega se encuentra una escalera que conduce al balcón y a la azotea donde se encuentra la piscina.
PISCINA. Mide ocho por doce metros, en su impermeabilización se utilizó una vieja fórmula maya a base de cemento y huevo como ingrediente sellador. Funge como aislante térmico de la casa y también como depósito de agua para riego de los extensos jardines.
IGLESIA DE NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN. Se considera que su estilo gótico francés es muy depurado por sus arcos ojivales, bóveda con ábside al fondo, torre con pináculo (las iglesias españolas tienen dos torres) y en el presbiterio se encuentra el mausoleo de la familia del propietario. Es una de las únicas dos góticas que existen en la ciudad y solo fue a finales del siglo pasado que se empleó para el culto público. Cuenta con hermosos vitrales totalmente originales.
CALESA. Estilo “Victoria”, carruaje de lujo de dicha época.
La “Bella Época” europea se encuentra representada al oriente de la ciudad de Mérida por la hermosa arquitectura de la Quinta El Olvido, ubicada en la calle 20 No. 116 x 25 y 27 en la Col. Chuminópolis.